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Gastrostomía

Gastrostomía Endoscópica Percutánea

Dr. Juan J. Sebastián Domingo
Especialista de Aparato Digestivo
Hospital Universitario Miguel Servet.
Zaragoza.

La disfagia –dificultad para tragar- supone un impedimento para la alimentación normal de los pacientes que la padecen. En tales enfermos, el médico se ve obligado a colocar una sonda nasogástrica (SNG) que debe ser sustituida con frecuencia, bien sea porque el propio paciente se la extrae o porque se sale espontáneamente.
A ello hay que unir la incomodidad que ocasiona, la repercusión estética que conlleva y la frecuente aparición de complicaciones. Por todo ello, la SNG suele ser mal aceptada y peor tolerada y, en cualquier caso, nunca es una medida que pueda mantenerse durante mucho tiempo.
La gastrostomía endoscópica percutánea (GEP) es una buena alternativa a la SNG, ampliamente extendida y cada vez con mayor aceptación. Por su sencillez, utilidad, seguridad, rapidez, bajo coste y fácil mantenimiento es, en estos momentos, de elección en los pacientes con problemas de deglución, entre ellos aquellos aquejados de esclerosis lateral amiotrófica (ELA).

Indicaciones.

La indicación principal de colocar una sonda de gastrostomía es mantener una nutrición enteral en pacientes con sistema digestivo indemne pero que, por diferentes causas, no se puedan nutrir por vía oral, y en los que es previsible que su trastorno nutricional se mantendrá por un período superior a un mes.
La causa más frecuente (90% de las indicaciones) por la que se coloca una sonda de gastrostomía percutánea endoscópica es la disminución de la capacidad de ingesta, fundamentalmente por procesos neurológicos (ELA, demencia senil, accidente cerebrovascular, enfermedad de Alzheimer, esclerosis múltiple, etc).

Contraindicaciones.

No existen contraindicaciones absolutas para la colocación de una sonda de gastrostomía percutánea endoscópica. Las contraindicaciones relativas a la misma son la ascitis (acúmulo de líquido libre en el abdomen), las infecciones graves de la pared abdominal, los pacientes en diálisis peritoneal, la obesidad mórbida y los trastornos severos e incorregibles de la coagulación, entre otros.

Complicaciones.

Las complicaciones asociadas a la GEP suelen ser leves. La complicación más frecuente, que puede aparecer hasta en el 30 % de los casos, es la infección de los bordes del estoma (orificio practicado en la pared abdominal durante la colocación de la sonda). La infección de la herida suele estar producida por gérmenes presentes en la faringe de los enfermos hospitalizados y que son arrastrados por la propia sonda cuando es introducida. El empleo de algunos antibióticos de forma profiláctica puede reducir significativamente el riesgo de infección de los bordes del estoma. La aplicación de una pomada triantibiótica que lubrique la sonda puede reducir también notablemente el riesgo de infección.

La infección de los bordes del estoma se trata con antibióticos dirigidos. Para ello, se tomarán muestras de exudado a dicho nivel para realizar cultivo y antibiograma. Aparte, se limpiará bien la herida y se separarán un poco los topes de la sonda. Si pese a ello aparecen celulitis en la zona o se forma un absceso de pared, habrá que proceder a retirar la sonda y a su desbridamiento quirúrgico.

Cuando la incisión de la pared abdominal ha sido demasiado amplia, pueden filtrarse restos alimentarios y secreción gástrica por los bordes del estoma. Ello ocasiona enrojecimiento, edema y escozor a dicho nivel. Puede solucionarse ajustando los topes de la sonda y reduciendo el volumen y el ritmo del alimento administrado.
Dentro de las complicaciones graves, la neumonía por aspiración es una de las más severas y frecuentes. La broncoaspiración puede ocurrir de forma inmediata, durante la colocación de la GEP o cuando se inicia la alimentación, y de forma diferida.
La aspiración inmediata se presenta en el 1 % de los pacientes y está gravada con una mortalidad incluso del 50%. Para evitarla hay que realizar el procedimiento en el menor tiempo posible, aspirar adecuadamente las secreciones del paciente y no emplear altas dosis de sedante.
La bronconeumonía por aspiración no inmediata aparece hasta en un tercio de los pacientes y es una de las principales causas de muerte.
Parece ser que un bajo índice de masa corporal y las neoplasias en fase avanzada son los principales predictores de aparición de complicaciones tras la colocación de la GEP.

Cuidados de la sonda y del estoma.

La sonda de gastrostomía del paciente hay que cuidarla como si fuera su propia boca.
Con ello se evitan complicaciones y se alarga su vida media.

El personal sanitario y los cuidadores de los pacientes portadores de una GEP deberán tener en cuenta las siguientes recomendaciones:

1. Lavarse las manos con agua y jabón cuando vayan a manipular la sonda.
2. Limpiar cada día la parte externa de la sonda con una gasa, agua tibia y jabón suave.
3. Girar cada día la sonda una o más vueltas completas, en sentido horario y antihorario.
4. Lavar la sonda con 20-30 ml. de agua tibia una vez administrado el preparado nutricional o el medicamento, convenientemente preparado (jarabes, ampollas y comprimidos muy bien triturados y disueltos).
5. Cerrar el tapón de la sonda cuando ya no vaya a ser usada.
6. Comprobar que la zona alrededor del estoma no está enrojecida, inflamada o es dolorosa.
7. Durante los primeros 15 días, limpiar la zona del estoma con una gasa estéril, agua y jabón suave; después, aplicar una solución antiséptica (povidona yodada) y colocar una gasa estéril en la zona.
8. A partir de la tercera semana, bastará lavar la zona sólo con agua tibia y jabón.
9. Todos estos cuidados se harán diariamente.

Sustitución de la sonda de gastrostomía.

Cuando sigue siendo necesaria la alimentación por la sonda, porque persiste la causa que motivó su colocación, la sonda de gastrostomía debe de ser sustituida periódicamente debido al deterioro que sufre.
La vida media de una sonda de GEP que ha sido bien buidada es, como mínimo, de 6 meses. En nuestra experiencia puede ser todavía mucho más larga, de hasta 12 meses. Ello es posible gracias a los consejos e instrucciones que se les da a los familiares y cuidadores de estos pacientes.

Cuando se recambia a los pocos meses, la mayoría de las veces bastará con ejercer una tracción fuerte y mantenida sobre la sonda hasta que salga a través del estoma, siempre y cuando el modelo de sonda permita este tipo de extracción. En otros casos, según el tipo de sonda que se haya colocado y cuando no se consigue extraerla por tracción externa, se hace necesaria su extracción mediante endoscopia: se enlaza el extremo gástrico de la sonda mediante un asa de polipectomía, se corta la sonda por su extremo abdominal y se extrae por la boca.

Una vez extraída, se introduce una sonda de recambio, tipo botón o con balón, a través del estoma. La retirada y sustitución de la sonda de GEP en nuestros pacientes la llevamos a cabo habitualmente mediante endoscopia debido a que, al alargar la vida media de la sonda, el botón se endurece y no es posible extraerla por tracción a través del trayecto gastrocutáneo.
Si la sonda se ha salido, de forma espontánea o se la ha arrancado el paciente, y han pasado varias horas, el trayecto gastrocutáneo puede cerrarse parcialmente, dificultando la introducción de una nueva sonda. El problema puede resolverse, en ocasiones, mediante la dilatación del estoma, utilizando dilatadores especiales.

Conclusiones.

A modo de resumen, podemos decir que la gastrostomía endoscópica percutánea es una buena alternativa a la SNG, ampliamente extendida y cada vez con mayor aceptación. Por su sencillez, utilidad, seguridad, rapidez, bajo coste y fácil mantenimiento es, en estos momentos, de elección en los pacientes con problemas de deglución.
La indicación principal de colocar una sonda de gastrostomía es mantener una nutrición enteral en pacientes con sistema digestivo indemne pero que, por diferentes causas, no se puedan nutrir por vía oral, y en los que es previsible que su trastorno nutricional se mantendrá por un período superior a un mes.
La causa más frecuente por la que se coloca una sonda de gastrostomía endoscópica es la disminución de la capacidad de ingesta, por procesos neurológicos que producen disfagia neumomotora.
La complicación más frecuente de la GEP es la infección de los bordes del estoma.